Quería haber publicado esta entrada el 19 de marzo, pero por falta de tiempo la publico hoy. Un día cualquiera, de un mes cualquiera, al fin y al cabo esta entrada se la dedico a mi padre y para mí todos son sus días!
Toda mi vida he escuchado sus palabras con atención, procuraba que mis errores no fueran los mismos que los suyos. Mi padre ha vivido muchas experiencias a lo largo de su vida y para mí es como las raíces a un árbol. Me ha nutrido con sus batallas, he aprendido de sus acciones y ha influido en mi personalidad de tal manera que hoy no sería la que conocéis si no fuera por su buen hacer como padre.
De todos sus consejos el que más me ha ayudado y el que me seguirá impulsando cada día es la tan manida pero cierta frase de "si quieres; puedes".
Nunca destaqué en nada en particular, si alguien me recuerda en el colegio es por mi habilidad para hablar sin parar. Quizás si hubieran orientado mejor a mis padres ahora hubiera sido periodista, escritora, o presentadora de Sálvame de Luxe, vaya usted a saber. Pero lo que si me ha permitido vivir tantas experiencias es la certeza que mi padre me inculcó desde que tengo uso de razón.
Por ello esta entrada es para darle las gracias, se que estarás leyendo estas líneas así que aunque ya lo sabes porque te lo digo siempre; gracias por haberme ayudado en los peores momentos creyendo en mi.
Estas semanas he vivido momentos maravillosos junto a familia, amigos y compañeros. En ocasiones aún siento que han formado parte de un bonito sueño, y cuando me doy cuenta de que son recuerdos reales no puedo hacer otra cosa que emocionarme y agradecer a todas y cada una de las personas que habéis hecho posible que sucedieran.
En estos días recibí un precioso mensaje por Facebook, una chica con muchas ganas de aprender y mejorar me decía... no se que has hecho para estar ahí. Quería que le contase como había llegado a presentar el Barbershow, a organizar la Swanky Party o la Masterclass. Me sentí abrumada, aún lo hago ya que no siento que todavía haya hecho nada significativo. No sabría responder con claves de éxito o libros de autoayuda. Solo puedo reconocer que trabajar duro y tener la suerte de estar rodeada de personas que confían en ti ha sido la única respuesta que pude dar. Por supuesto...una gran dosis de caradura lanzándome a ello sin pestañear y por ello mi mente vuelve al dichoso refranero español.
Si he de aconsejar a futuros profesionales o a los niños que me rodean sobre como encarar su futuro les diría lo mismo que mi padre me dijo a mi. Pero con un matiz, ya que hay una diferencia sustancial entre desear algo y quererlo y es ahí donde reside la clave.
Cuando deseas algo, ese sentimiento fugaz, va y viene como si del Guadiana estuviéramos hablando. Cuando quieres algo sueñas con ello, comes pensando en ello, tomas un café y hablas de ello, tus amigos y tu familia desean que dejes de hablar de ello. Cuando quieres algo inviertes toda tu energía hasta que lo consigues.
La frustración por no conseguir lo que deseamos nos aparta del verdadero motor que materializa los sueños. Meditemos sobre la diferencia entre desear y querer. Cuando sabes lo que quieres nadie te detiene.
Y esto queridos amigos ha sido el consejo de hoy.
Os dejo con las fotos de la fiesta, para mí la demostración de que mi padre siempre tuvo la razón y tardé mucho tiempo en ponerme las pilas!! Ahora toca luchar por lo que quiero!! pero eso lo dejo para otro artículo!
Un abrazo!
A seguir creando y compartiendo!
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