lunes, 29 de diciembre de 2014

Adiós crisis, Adiós…

Adiós crisis, Adiós…

Así quiero acabar el año; con este deseo.


En el último post para este 2015 me gustaría invitar a mis lectores a reflexionar profundamente sobre su situación personal y que al concluir los pensamientos pasemos a la acción.

Son demasiado comunes los famosos propósitos de año nuevo. Este no debe ser uno más de la lista.

Me gustaría ayudaros a traspasar todas las barreras que os habéis construido entre vuestro yo real, vuestros sueños y vuestras necesidades y ese reflejo superficial que habéis abrazado y al que llamáis identidad.
 Porque solo en ese “yo” que os da miedo, el que protegéis de los sufrimientos, encontrareis las respuestas a vuestros problemas y el impulsor que os despegue hacia la consecución de vuestros ideales.

Es más cómodo observar nuestra vida despegados de la cruda realidad, dejarnos llevar por el día a día sin tomar conciencia de nuestros actos y pensamientos. Pero lo valiente, y lo que marca la diferencia entre aquellos que se han despedido de la crisis y los que más de ocho años después siguen lamentándose; es tomar el control.

Os encontrareis con verdades incomodas, os mirareis al espejo sin llegar a reconoceros, pero os abrazareis y curareis vuestras propias heridas, porque hemos sido nosotros mismos los causantes, directos o como negligentes  autocuidadores, de nuestros malos momentos.

Siempre tenemos el poder de decisión, podemos alejarnos del peligro o enfrentarnos a él, podemos amar a una persona y dejarla libre o encadenarnos a esa enfermiza relación hasta que nos consuma, podemos sentir miedo de un nuevo proyecto y abandonarlo en un cajón o abrazar a ese miedo y transformarlo en realidad. Podemos seguir llorando por el dolor que sufrimos, o dejar el sufrimiento y construir nuevas realidades, podemos…porque siempre hemos tenido el poder. 
Porque nadie puede amarte tanto como cuando has encontrado tu amor propio, porque nadie puede respetarte cuando has perdido el respeto por ti mismo.

Mensajes que hemos escuchado una y otra vez, pero… ¿Cómo lo hago? ¿Cómo salgo del pozo en el que me he metido y del que solo veo una pequeña luz, tan lejana a mi, que me duele solo pensar que jamás podré salir de esta?

Ojalá tuviera el secreto…

Pero lo que sí tengo es la reflexión sobre algunas de las claves que me ayudaron a cambiar por completo mi situación personal.

El conocimiento 

Si quieres vencer a un enemigo, debes conocerlo mejor que a ti mismo.
El arte de la guerra en ocasiones es útil, y para mí es un punto fundamental.

No solo el conocimiento interior, el que me ayudará a descubrir cuál es el problema. El conocimiento del cerebro, la neurociencia aplicada a la inteligencia emocional. La familia Punset está realizando una gran labor de divulgación al respecto y sinceramente ayuda.

Si atraviesas una depresión, entender el proceso bioquímico de esta te ayuda a eliminar mitos y leyendas que bloquean.

Si comprendes el funcionamiento hormonal y como afecta en las diferentes etapas del hombre, y de la mujer, aprendes a distinguir una crisis hormonal de una crisis de pareja. En ocasiones ocurren a la vez.

Cuanta más información obtengas, cuanto más conocimiento adquieras mayor será el nivel de control sobre lo que ocurre en tu interior.

El cerebro se entrena al igual que hacemos con nuestro cuerpo.

 La empatía

Creo necesario salir del centro de uno mismo para poder avanzar en nuestro camino. La empatía nos ayuda a entender a los demás, a ver los problemas desde otra perspectiva y a objetivizar los nuestros.

En ocasiones estamos tan enfocados en nuestro dolor, en nuestros quebraderos de cabeza que nos olvidamos de levantar el mentón y observar otras realidades. 
Nos olvidamos de ayudar a los demás pues sentimos que si estamos de alguna manera estropeados no podremos ayudar a nadie.

En el proceso de ayudar a otros nos descubrimos como seres humanos, capaces de dar más de lo imaginado. En el dar y en el agradecimiento, encontramos más felicidad que en el recibir.

Diversos estudios científicos han demostrado en más de una ocasión los beneficios de la generosidad y del agradecimiento.

Un pequeño primer ejercicio es escribir una carta, no tiene por qué tener destinatario, en la que agradezcamos por todo lo que tenemos, material y personal.

Un segundo gran ejercicio es escribir a alguien y enviar esa carta de agradecimiento.

Si cada día somos capaces de agradecer, el mundo que nos rodea se transforma.

No es magia, es inteligencia emocional (gracias Elsa por tus grandes frases)


La acción

Actuar, es lo que marcará la diferencia.

De nada me sirve tener buenas intenciones si mis acciones no muestran lo que he cultivado en mi interior.

No hay nada más poderoso que un primer paso, lleva al otro pie a seguir avanzando, crea energía en movimiento y es imparable.

No te adelantes a lo que va a ocurrir. Solo vas a enfrentarte a un paso en cada ocasión, no darás el siguiente hasta estar preparado y si algún problema surge lo resolverás. Es así de fácil. El problema es que nos atemorizamos con el dios egipcio “Isis”. Y si…Y si…Y si….
No te preocupes por un problema hasta que llame a tu puerta, es muy posible que jamás aparezca, que solo sea otro secuaz del miedo que te inmoviliza.

Ten miedo

Y no tengas miedo de tener miedo. Esa es la diferencia.

El miedo es un mecanismo natural que previene nuestra muerte prematura.

El miedo a tener miedo es lo que hemos creado en nuestra mente para enfrentarnos al día a día.

No hay leones persiguiéndonos por las calles, ni tribus enemigas que quieran cocinarte como aperitivo.

La mayoría de nosotros vivimos en un mundo seguro, en el que la esperanza de vida a llegado a sus máximos históricos, donde disponemos de acceso a cubrir nuestras necesidades básicas y por lo tanto todos deberíamos disfrutar de nuestra vida de manera plena y satisfactoria.


¿Qué es lo que te impide ser feliz?

Adiós crisis, adiós…

Que este sea el primer pensamiento de los que te ayuden a cambiar tu vida en el 2015.

Yo no bajo la guardia, sigo trabajando en ello, así que por aquí nos veremos!
A seguir creando y compartiendo!


Por un 2015 más cerca de la felicidad!


viernes, 12 de diciembre de 2014

Profesionalidad, legalidad y otros menesteres de la profesión


Vivimos tiempos convulsos, el sistema de bienestar social corre peligro, la tasa de desempleo roza límites insostenibles, un mayor número de familias sobreviven en condiciones contrarias a lo que nuestra constitución promete al ciudadano español, los impuestos aumentan, el consumo decrece y el panorama que se dibuja en noticiarios y tertulias es cuanto menos desalentador.

Este compendio de desgracias, más las innumerables que me dejo por el camino, son la cara oscura de un país que pide a gritos recuperar lo que se le ha robado.

Pero este escenario está tras las espaldas de todos los ciudadanos y no puede ser la excusa que justifique la ilegalidad.
Tolerancia 0.

Si la legalidad es abusiva o no estamos de acuerdo con las decisiones políticas que vivimos, nuestra obligación es utilizar los recursos de los que disponemos de manera individual y colectiva y cambiar las cosas, lamento comunicar que con un like o un debate en Facebook nada se hace, inclusive…escribir este artículo.

Plataformas sociales, voluntariado, ir a una urna y depositar el voto; eso cambia una sociedad.

Dicho esto, considero que nuestro sector sufre las consecuencias de dos tipos de ilegalidades; las que comente el empresario y las que comenten los individuos.

Daña tanto el sector la persona que trabaja a domicilio, sin declarar y ofreciendo precios ridículos, como el empresario que tiene contratado a un trabajador por menos horas de las que en realidad hace y la mitad de su sueldo lo ingresa en B.

Negar estas dos realidades, excusarse en ese apocalíptico escenario, no es más que un insulto a todos aquellos que sí se esfuerzan en mantenerse en la legalidad contribuyendo con el bien común y manteniendo la ética profesional a salvo todavía.

Para mí aquel que no es legal no es éticamente profesional, que no significa que no sea buen o mal profesional.

Simplemente me parece un comportamiento individualista del que no participo, luego queremos beneficiarnos de ayudas sociales, educación pública y servicios sanitarios gratis y de calidad. Desde la ilegalidad solo contribuimos a su destrucción.

Cuanto daño han hecho los dueños de salones que pagan salarios irrisorios pudiendo ofrecer sueldos justos a sus empleados, cuantos profesionales han perdido la ilusión por la profesión debido a la desmotivadora gestión de equipos, a la falta de formación, al desprecio constante, a la explotación de sus trabajadores. Me encantaría que mis palabras fueran una exageración de la realidad, pero por desgracia está tan latente que aún sangran heridas al respecto.

Por ello es esencial la educación, el acceso a formación, la transparencia, el trabajo duro buscando la excelencia profesional, mejorando cada día un poquito.

Desde mi ventana al mundo pido que dejemos de luchar los unos contra los otros, que abandonemos esos egos que nos dominan y nos sentemos a dialogar de manera pausada para encontrar un punto de encuentro.

Quizás suene extremista lo que voy a escribir pero no todos valen para regentar un negocio, y aquellos que no cuiden a sus trabajadores de manera responsable y legal deberían perder sus empresas.

Si has abierto una peluquería y no tienes ingresos suficientes para pagar un sueldo digno a un empleado, no lo contrates. Quizás puedas ofrecerle un alquiler de tocador si es que tienes un volumen suficiente de clientes con el que se pueda ganar la vida. Si tampoco tienes ese volumen mínimo de clientes es que no necesitas a nadie más en tu salón.

Quizás con empresarios responsables menos personas buscarían la ilegalidad del trabajo a domicilio.
Si como profesionales nos esforzásemos cada día en ser mejores y en ofrecer la máxima calidad a nuestros empleadores, quizás no tendríamos que trabajar a domicilio porque podríamos ofrecer un valor añadido a quien nos pudiese contratar y ayudar al que tiene el negocio.

No olvidemos que en la pequeña empresa el dueño arriesga todo lo que tiene y el empleado tiene que poner toda la carne en el asador para que la relación sea rentable y ambos puedan seguir trabajando y mejorando su nivel de vida.


Queda muy poco para que acabemos el año y mucho trabajo colectivo por realizar; pon tu grano de arena desde el lado de la bahía en el que te encuentres.