Adiós crisis, Adiós…
Así quiero acabar el año; con este deseo.
En el último post para este 2015 me gustaría invitar a mis
lectores a reflexionar profundamente sobre su situación personal y que al
concluir los pensamientos pasemos a la acción.
Son demasiado comunes los famosos propósitos de año nuevo. Este no debe ser uno más de la lista.
Me gustaría ayudaros a traspasar todas las barreras que os habéis
construido entre vuestro yo real,
vuestros sueños y vuestras necesidades y ese reflejo superficial que habéis abrazado
y al que llamáis identidad.
Porque solo en ese “yo” que os da miedo, el que protegéis
de los sufrimientos, encontrareis las respuestas a vuestros problemas y el
impulsor que os despegue hacia la consecución de vuestros ideales.
Es más cómodo observar nuestra vida despegados de la cruda
realidad, dejarnos llevar por el día a día sin tomar conciencia de nuestros
actos y pensamientos. Pero lo valiente, y lo que marca la diferencia entre
aquellos que se han despedido de la crisis y los que más de ocho años después
siguen lamentándose; es tomar el control.
Os encontrareis con verdades incomodas, os mirareis al
espejo sin llegar a reconoceros, pero os abrazareis y curareis vuestras propias
heridas, porque hemos sido nosotros mismos los causantes, directos o como negligentes
autocuidadores, de nuestros malos
momentos.
Siempre tenemos el poder de decisión, podemos alejarnos del
peligro o enfrentarnos a él, podemos amar a una persona y dejarla libre o
encadenarnos a esa enfermiza relación hasta que nos consuma, podemos sentir
miedo de un nuevo proyecto y abandonarlo en un cajón o abrazar a ese miedo y
transformarlo en realidad. Podemos seguir llorando por el dolor que sufrimos, o
dejar el sufrimiento y construir nuevas realidades, podemos…porque siempre
hemos tenido el poder.
Porque nadie puede amarte tanto como cuando has
encontrado tu amor propio, porque nadie puede respetarte cuando has perdido el
respeto por ti mismo.
Mensajes que hemos escuchado una y otra vez, pero… ¿Cómo lo
hago? ¿Cómo salgo del pozo en el que me he metido y del que solo veo una
pequeña luz, tan lejana a mi, que me duele solo pensar que jamás podré salir de
esta?
Ojalá tuviera el secreto…
Pero lo que sí tengo es la reflexión sobre algunas de las claves que me ayudaron a
cambiar por completo mi situación personal.
El conocimiento
Si quieres vencer a un enemigo, debes conocerlo mejor que a
ti mismo.
El arte de la guerra en ocasiones es útil, y para mí es un
punto fundamental.
No solo el conocimiento interior, el que me ayudará a
descubrir cuál es el problema. El conocimiento del cerebro, la neurociencia aplicada
a la inteligencia emocional. La familia Punset está realizando una gran labor
de divulgación al respecto y sinceramente ayuda.
Si atraviesas una depresión, entender el proceso bioquímico
de esta te ayuda a eliminar mitos y leyendas que bloquean.
Si comprendes el funcionamiento hormonal y como afecta en
las diferentes etapas del hombre, y de la mujer, aprendes a distinguir una
crisis hormonal de una crisis de pareja. En ocasiones ocurren a la vez.
Cuanta más información obtengas, cuanto más conocimiento
adquieras mayor será el nivel de control sobre lo que ocurre en tu interior.
El cerebro se entrena al igual que hacemos con nuestro cuerpo.
La empatía
Creo necesario salir del centro de uno mismo para poder
avanzar en nuestro camino. La empatía nos ayuda a entender a los demás, a ver
los problemas desde otra perspectiva y a objetivizar los nuestros.
En ocasiones estamos tan enfocados en nuestro dolor, en
nuestros quebraderos de cabeza que nos olvidamos de levantar el mentón y
observar otras realidades.
Nos olvidamos de ayudar a los demás pues sentimos
que si estamos de alguna manera estropeados no podremos ayudar a nadie.
En el proceso de ayudar a otros nos descubrimos como seres
humanos, capaces de dar más de lo imaginado. En el dar y en el agradecimiento,
encontramos más felicidad que en el recibir.
Diversos estudios científicos han demostrado en más de una
ocasión los beneficios de la generosidad y del agradecimiento.
Un pequeño primer ejercicio es escribir una carta, no tiene
por qué tener destinatario, en la que agradezcamos por todo lo que tenemos, material y personal.
Un segundo gran ejercicio es escribir a alguien y enviar esa
carta de agradecimiento.
Si cada día somos capaces de agradecer, el mundo que nos
rodea se transforma.
No es magia, es inteligencia emocional (gracias Elsa por tus
grandes frases)
La acción
Actuar, es lo que marcará la diferencia.
De nada me sirve tener buenas intenciones si mis acciones no
muestran lo que he cultivado en mi interior.
No hay nada más poderoso que un primer paso, lleva al otro
pie a seguir avanzando, crea energía en movimiento y es imparable.
No te adelantes a lo que va a ocurrir. Solo vas a
enfrentarte a un paso en cada ocasión, no darás el siguiente hasta estar
preparado y si algún problema surge lo resolverás. Es así de fácil. El problema
es que nos atemorizamos con el dios egipcio “Isis”. Y si…Y si…Y si….
No te preocupes por un problema hasta que llame a tu puerta,
es muy posible que jamás aparezca, que solo sea otro secuaz del miedo que te inmoviliza.
Ten miedo
Y no tengas miedo de tener miedo. Esa es la diferencia.
El miedo es un mecanismo natural que previene nuestra muerte
prematura.
El miedo a tener miedo es lo que hemos creado en nuestra
mente para enfrentarnos al día a día.
No hay leones persiguiéndonos por las calles, ni tribus
enemigas que quieran cocinarte como aperitivo.
La mayoría de nosotros vivimos en un mundo seguro, en el que
la esperanza de vida a llegado a sus máximos históricos, donde disponemos de
acceso a cubrir nuestras necesidades básicas y por lo tanto todos deberíamos
disfrutar de nuestra vida de manera plena y satisfactoria.
¿Qué es lo que te impide ser feliz?
Adiós crisis, adiós…
Que este sea el primer pensamiento de los que te ayuden a
cambiar tu vida en el 2015.
Yo no bajo la guardia, sigo trabajando en ello, así que por
aquí nos veremos!
A seguir creando y compartiendo!
Por un 2015 más cerca de la felicidad!