Bienvenidos al 2015!
Estamos en el
año en el que regreso al futuro nos prometía patinetes voladores y ropa molona
que se secaba sola.
Este, nuestro
2015, nada tiene que ver con esa idea ochentera del siglo XXI, pero lo cierto
es que mucho nos hemos alejado de aquella mágica década también, ¿o no?
En muchas
ocasiones reflexiono acerca del por qué los clientes están abandonando los
salones de peluquería, y aunque es imposible concluir en una verdad absoluta me
gustaría entrar en profundidad en un factor que a mi parecer queda obviado en
la gran mayoría de debates al respecto.
Me considero
una persona con una curiosidad casi insaciable. Si recibo un curso, me dedico
durante días a contrastar la información recibida, a ampliarla y de esta manera
formar mi propia opinión. Es mi manera
de aprender y perfeccionarme, no quedarme con una verdad proveniente de una
sola fuente. Soy consciente de que mi opinión no tiene que ser la más acertada,
ni la más equivocada por ende.
El acceso a
internet ha cambiado mi vida, y la de todos aquellos curiosos por naturaleza
pues lo de ir a la biblioteca o consultar enciclopedias quitaba mucho tiempo.
Ahora mismo todo está al alcance de nuestra mano, allí donde vamos podemos
resolver cualquier duda, podemos ampliar y contrastar información. Los debates
han llegado a niveles inesperados para mí pues pocas veces un asunto se queda
sin resolver, excepto cuestiones filosofales y místicas que perseguirán a la
humanidad por los siglos de los siglos.
Por lo que
volviendo a nuestro salón de peluquería… sigo preguntándome si el cliente nos
ha abandonado a nosotros o hemos sido nosotros quienes hemos abandonado a nuestros
clientes.
“Nuestros”
clientes se sientan en “nuestra” sala de espera con Smartphone en mano, ya no podemos
manipularlos con “nuestros” gustos en revistas, ellos escogen el contenido que
van a visualizar previamente a “nuestros” servicios.
Si están interesadas en
alguno de “nuestros” productos pueden obtener una comparación de ellos
automáticamente e incluso pedirlo desde “nuestra” zona de espera ya que lo han
encontrado más económico en alguna web.
“Nuestros” clientes buscan experiencias
en las que invertir su dinero y si tienen que cubrir una necesidad se
decantarán por el precio más económico. Reportan opiniones a las redes sociales
sobre sus locales favoritos y sus malas experiencias. Se han convertido en
consumidores y en prescriptores, están más informados que nunca, son más
exigentes y nosotros aún estamos digiriendo estos cambios y buscando la manera
de encajar en ellos.
¿Aún creemos que los poseemos, que tenemos
algún control sobre lo que está ocurriendo?
Nuestros
salones poco han cambiado en 3 décadas, nuestros servicios poco han cambiado en
3 décadas, un maquillaje del salón no es suficiente para satisfacer al
consumidor de este siglo. ¿Pero que más podemos hacer?
Nos resistimos
a informar correctamente de los procesos a los que les sometemos por nuestro
afán de secretismo, nuestros trucos y recetas han de seguir bien custodiadas no
vaya a ser que la competencia y los clientes se enteren y los vayamos a perder.
Lamento
comunicar que eso ya ha ocurrido.
No nos gustan las planchas porque les facilitan el trabajo en casa, no nos gustan los tintes que se venden en tiendas porque hacen que se tiñan en casa, no nos gustan las chicas del corte ingles porque les enseñan a maquillarse, no nos gusta el mundo que ha evolucionado a nuestro alrededor porque nos ha dejado de lado.
Hoy existen
en la red auténticas celebrities que mueven masas hacia donde ellos quieren, ya
que condicionan con sus preferencias los gustos, opiniones y hábitos de sus
followers.
Un ejemplo
hispánico es Yuya, esta joven tiene 8.634.491 suscriptores, no queráis saber
los millones de visualizaciones que tienen sus videos y la cantidad de dinero
que gana gracias a ellos.
Los vídeos más
visitados… los de peinados fáciles y maquillaje.
Ella se peina
y se maquilla a las mil maravillas y más de ocho millones de personas la
siguen, compran los productos que ella usa y aprenden sus trucos porque quieren
ser como ella.
No perdáis la
oportunidad de bucear en la red y buscar tutoriales de cómo conseguir estilos
de peinado “vintage”,la mayoría de los de calidad son de habla inglesa, aquí
encontrareis ejemplos de chicas que en su casa se realizan peinados que en
muchos salones no seríamos capaces de reproducir, utilizan cepillos que no
muchos profesionales tienen en su salón. Dominan técnicas con tenacillas,
planchas, pinzas, bigudíes…
Es una increíble
verlas trabajar sus cabellos y ver los maravillosos peinados que se realizan.
Tu querrías ponerles vendas en los ojos y tapones en los oídos, pero la realidad es imparable.
No nos
necesitan, se tiñen en casa, se realizan trabajos de color con mucha más calidad
de la que he visto en alguna ocasión en foros de peluquería profesional, no
dejan de asombrarme.
Hemos perdido
la exclusividad en el asesoramiento, hemos perdido nuestra credibilidad.
Nosotros hemos escogido una marca a la que somos fieles y a la que defendemos a
capa y espada, quizás dos o tres marcas más… pero son un pez en un océano. El
cliente siente que queremos venderles lo que tenemos, que no tiene que ser lo
que mejor les convenga, y ellos quieren
escoger que comprar. No se fían de nosotros.
Nos hemos quedado obsoletos. No podemos
conseguir las marcas que las famosas utilizan en estados unidos, pero nuestras
clientas compran en lookfantastic todo lo que quieren y más.
Por primera
vez hemos sido adelantados por nuestros clientes, al igual que por primera vez
en la historia los padres han sido adelantados por sus hijos. El uso de las
tecnologías ha conseguido tal hito.
Pertenecemos a la generación de los manuales de uso, de los libros de papel, y todo eso ha sido sustituido por intuición e hipervínculos!
El mundo que
vimos nacer en los 80 ha cambiado, nosotros debemos adaptarnos, evolucionar o
desaparecer.
El buen uso
de las redes sociales, la creación de un blog interesante, videos,
interactuación con nuestros clientes mediante aplicaciones móviles, y un sinfín
de cosas que están por llegar son las tareas pendientes para esta, nuestra
peluquería, que aún sigue estancada en un modelo que está desapareciendo poco a
poco.
Seguimos
tapando el sol con un dedo, excusándonos en los miles de factores externos que
han propiciado la disminución de clientes, pero os invito a ir más allá. Dar un
paso hacia adelante y alejaros de esa nube gris llena de opiniones y pocos
datos.
¿Qué veis
ahora?
No me atrevo
a dibujar un futuro como sí se aventuran en el cine cada vez que pueden, pero
si me atrevo a decir que uno de nuestros errores ha sido el no avanzar con
nuestra generación y convertirnos en el abuelo gruñón que cuenta batallas sobre
su época dorada.
Por supuesto
estoy generalizando, sería imposible abarcar las mil realidades que conformáis un
sector tan variado, pero en líneas generales así percibo este factor del que
poco hablamos entre profesionales y si lo hacemos es para entablar una guerra
que poco beneficio puede aportar.
Os invito a
recuperar ese privilegiado puesto en la vida de vuestros clientes. Convertiros
en su mejor asesor, invertir tiempo en estar al corriente de nuevos productos o
nuevos servicios, formaros en las nuevas técnicas y estilos, utilizar las redes
sociales y las nuevas tecnologías. Convertiros en su prescriptor de moda, conseguir que quieran ser como vosotros o vuestro equipo. Dejemos de querer ofrecer de todo y
busquemos nuestra especialidad. Es mejor ser superincreible en algo en concreto
que mediocre en todos los servicios.
Si queremos
destacar y surfear este cambio de milenio debemos ofrecer calidad y diferenciación!
Renovarse o
morir!
Un abrazo y a
seguir creando y compartiendo!
Me encanta lo que dices y como lo dices.Ahora debemos adaptarnos a unos nuevos clientes exigentes que saben lo que quieren ,y te lo piden,que están súper informados y que encima en gran parte no van mal encaminados .Y nosotros con nuestros egos nos creemos que somos ....a saber ,no sé ,es complicado .Pero lo del peluquero artista de otros tiempos está desfasado .Es la actitud que debemos tomar.
ResponderEliminarAsí es! disculpa la tardanza, acabo de leer tu comentario! muchas gracias por pasarte, leer y además participar!
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