Han pasado ya un par de meses desde que comencé esta
aventura profesional.
Un cambio de país, de costumbres y de idioma es el escenario
perfecto para comenzar de cero, inventar, crear y dejar volar una imaginación
ansiosa de ver como poco a poco los sueños se hacen realidad.
Cuando decido crear Kvera me mueve un sentimiento de
independencia, de flexibilidad y de creación que me impiden estar en una
oficina, salón de belleza o sitio fijo.
Mi trabajo solo necesita de un asiento cómodo y un mínimo de espacio que
permita ofrecer una experiencia confortable en cualquier localización del
mundo.
Acercar la profesión al público desde diferentes perspectivas
y ambientes es mi objetivo. No deja de
sorprenderme el grado de satisfacción de una persona que ha ido a una fiesta en
una cocktelería y mientras disfruta de su “Sex on the Beach” con sus amigos,
una estilista está mejorando su imagen para terminar la noche con un nuevo tema
de conversación y como protagonista de la historia.
Es curioso como nuestro sillón, se ponga donde se ponga,
cumple las mismas funciones. Sigo escuchando confesiones, sigo observando la
búsqueda de un estilista ideal al que no han encontrado todavía y quizás por no
tener salón propio se animan a contar sus anécdotas en salones de belleza y a
plasmar el descontento que sufren ante un mal servicio, una mala atención o una
falta de empatía por parte del estilista.
He de reconocer que extraño una localización fija que me
permita ofrecer un seguimiento en el cuidado de la imagen de mis invitados en
estos eventos Pop-Up, pero lo efímero de mi proyecto me reporta una mágica
sensación que me invita a seguir apostando por esta nueva forma de vida.
Nómada, inquieta y llena de nuevas aventuras Kvera seguirá su camino.
Este espacio virtual me permite ser encontrada así que
cuando me necesitéis ya sabéis donde estoy!
A seguir compartiendo en este 2014!
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