Me han dicho que no.
Han sido tantas las veces que me han dicho que “no” que he
llegado a la conclusión de que, para muchos, es una respuesta ocasionada por el
piloto automático que nuestro cerebro ha creado para prevenir situaciones en
las que podemos sufrir.
Han sido tantas veces en las que tras una pregunta, una
propuesta, e incluso ante la simple exposición de mis propias ideas y proyectos
he escuchado un “no” que me he
inmunizado.
El “no” duele porque implica un rechazo, porque ser
rechazado duele y porque cada negativa mata un poquito de la ilusión que
llevamos en nuestro interior, de los deseos que hemos creado en nuestra mente.
En nuestro sector debemos enfrentarnos a esa realidad,
debemos aprender a romper esas barreras pero antes debemos entrenarnos para que
cada “no” se convierta en una piedrita en nuestro camino hacia la satisfacción
personal y profesional en vez de llevarnos al desánimo.
Uno de los temas que más me apasiona es el de la
“Inteligencia emocional”.
Descubrí hace unos años este concepto gracias al trabajo
divulgativo que realiza Eduard Punset y más en profundidad gracias al relevo
que ha tomado su hija Elsa.
Aunque te inmunices ante tantas negativas aún siento que me
afecta y aún trabajo en ello y es que no todos recibimos el correcto
aprendizaje para tolerar la frustración y eso, queridos lectores, es uno de
esos demonios que nos impiden ser felices y desarrollarnos de una manera
equilibrada y exitosa.
La frustración es natural, es el malestar que se produce
cuando no conseguimos nuestros deseos, y los errores más frecuentes que
cometemos ante ella son evadirnos, deprimirnos o enfadarnos.
El primer paso es el de entender que las emociones negativas
forman parte de nuestra vida,
analicémoslas, seamos conscientes
de lo que provocan.
Aprendamos también a distinguir deseos de necesidades, ya que
de esta manera podremos evitar las reacciones negativas que se producen ante la
no consecución de nuestros deseos.
Es muy importante también saber controlar los impulsos,
evitar conductas adictivas, evasivas y compulsivas.
Aprender a soportar el dolor y el malestar. Llora (si!! los chicos si lloran), busca actividades que te hagan ser feliz, se agradecido, habla con alguien que sepa escuchar...
Todos los días escuchamos y leemos mensajes motivacionales,
lecturas como las que hoy quiero compartir con vosotros, pero lo más importante
es tener la suficiente auto-crítica como para poder detectar nuestros errores
para poder aplicar la paciencia necesaria en el aprendizaje.
No podemos evitar que nos rechacen, que nos digan que “no”,
pero podemos mejorar el cómo nos afecta y educar a las nuevas generaciones con
hábitos que les ayuden a tener éxito y
que mejoren esa inteligencia emocional de la que tantos ríos de tinta emanan.
Así que me despido con este interesante vídeo que os gustará
seguro!!
A seguir compartiendo y mejorando!!
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